La cubierta es el elemento constructivo que protege a los edificios en la parte superior y, por extensión, a la estructura sustentante. Dicha cubierta está sometida a una constante exposición al agua y esta tiende a filtrarse por cualquier fisura del tejado, y de esta forma, a arruinar todas las estructuras. Por este motivo es importante tener un buen aislante a fin de evitar mayores problemas con goteras y humedades, hongos procedentes del tejado o hasta posibles derrumbes. Hay diferentes sistemas para impermeabilizar las cubiertas, dependiendo de la edad de ellas, pueden ser láminas asfálticas, láminas de caucho y sistemas líquidos. En general, podemos decir que la durabilidad máxima suele ser entre 15 y 30 años.